Este Colombia se cultiva a 1.750 m s.n.m. en suelos volcánicos ricos en minerales. Su perfil es cálido y expresivo: notas a cereza, mora y frambuesa, con un dulzor natural que recuerda a miel y panela. Su cuerpo es medio-alto, su acidez jugosa y su retrogusto prolongado. Ideal para espresso o métodos de inmersión, es el café que acompaña momentos íntimos y conversaciones profundas.

Cultivado a 1.850 m s.n.m., este Castillo se desarrolla en parcelas bañadas por la brisa de la montaña y rodeadas de árboles nativos. Su perfil es luminoso y delicado: notas a flor de azahar, jazmín y cítricos como mandarina y lima. Su acidez es brillante, su cuerpo medio y su aroma etéreo. Ideal para métodos filtrados como V60 o Chemex, es el café que despierta los sentidos y deja una sensación fresca y elegante.